Los altos costos de producción y las alternativas que
ofrecen otros cultivos como el aguacate hass inciden en que el número de hectáreas
haya reducido ostensiblemente, pues se pasó
de 78.000 en el departamento del Quindío
a solo 23.000. La reducción se venía registrando en 100 hectáreas por mes, pero
de enero a marzo de este año se han disminuido 1.400 hectáreas.
Esto ha despertado una álgida discusión en los gremios,
puesto que existen versiones de la influencia indebida de multinacionales, en el fenómeno que
hoy vive el eje cafetero. Ya el Comité de Cafeteros adelanta un estudio para conocer las razones
por las cuales los cultivadores han abandonado el café, algunos expertos
atribuyen la crisis a que los agricultores se han dedicado a sembrar otros
productos, como el aguacate Hass, del que se encuentran cultivos hasta en el
valle del Cocora, en Salento, al lado de las famosas palmas de cera.
Para muchos inversionistas
aunque es innegable el impulso económico que el aguacate hass le ha
brindado al país, se ha recibido reportes de que en las zonas altas de las
montañas de Caldas, Quindío, Risaralda, e incluso Tolima algunas empresas multinacionales les están
comprando las tierras a los campesinos y posterior a ello, “con motosierra en
mano, van tumbando todos los palos de café, que ha sido un cultivo tradicional
de esta zona y de tanto impulso económico para el país, para cambiarlos por
aguacate, debido al 'boom' actual” del
aguacate.
Otra gran preocupación
que han expresado algunos gremios, es que esta práctica está generando también un
incremento del desempleo en las zonas, pues, mientras para el cultivo del café se pueden
ocupar al menos a siete personas en una hectárea desempeñando las diferentes
tareas , para el negocio del aguacate hass solo se necesitan tres trabajadores
en la misma extensión de terreno.
Juliana Flórez, gerente comercial de Agua Hass, contó que
han venido desmontando poco a poco los cultivos de café debido a que cada día
los costos de la mano de obra e insumos son mayores, y los precios no son
suficientes para cubrir la inversión que se hace.
“El cultivo de café a hoy da pérdidas. Los costos superan los
ingresos, el costo de producción de un kilo de café pergamino está arriba de
6.000 pesos y el precio de compra está por debajo”, comentó Flórez.
Es necesario tomar medidas
ante esta situación y pedirle al gobierno un giro en las políticas agrarias
antes de que se produzca una hecatombe cafetera producida por los altos costos de producción y al incremento de cultivos como el hass.