Por un lado, en el campo subsisten graves limitaciones de
conectividad que ya se han advertido de tiempo atrás y que la actual pandemia
hizo aún más evidentes. El teletrabajo, las reuniones virtuales o la
telemedicina son apenas un sueño en extensas zonas rurales del país.
Basta con echar una mirada al famoso incentivo rural para
los mayores de 70 años en el campo, consagrado en el Decreto 486 de marzo de
2020, ni siquiera ha podido reglamentarse y por tanto no se sabe aún a quién y
cómo llegará.
Si bien es cierto se ha avanzado en portabilidad de la
afiliación al régimen subsidiado de salud, bancarización y educación, aún falta
un largo trecho para que el Estado de bienestar llegue a la ruralidad. Las
obligaciones no pueden llegar antes que los derechos.
Otra situación a considerar detenidamente es, una finca no es un
establecimiento comercial, como se pretende. El Código de Comercio en su
artículo 23, establece que la caficultura no es una actividad mercantil y por
ende quienes la realizan no son comerciantes.
“Las enajenaciones que hagan directamente los
agricultores o ganaderos de los frutos de sus cosechas o ganados, en su estado natural. Tampoco serán mercantiles las
actividades de transformación de tales frutos que efectúen los agricultores o
ganaderos, siempre y cuando dicha transformación no constituya por sí misma una
empresa”, se lee en la norma.
También cabe recordar que 82% de los caficultores colombianos están en el régimen subsidiado de salud, 50% tienen menos de una hectárea, apenas 1% de los productores tienen más de 10 hectáreas de café, el 15% son adultos mayores, 75% de los hogares cafeteros vive en la zona rural dispersa… Y qué decir de la escolaridad mínima.
Por todas estas razones, es poco razonable esperar que,
por decreto, a partir de determinada fecha los caficultores, por el solo hecho
de tener una finca, puedan facturar electrónicamente.
Al redactar y exigir normas se debe siempre tomar en
cuenta la importancia de que sean realizables y por lo tanto realistas.
En el momento que el internet llegue a las fincas cafeteras plenamente,
cuando tener acceso a un celular con datos y buena señal esté garantizada,
cuando pagar a un recolector requiera simplemente presionar un botón, ese día
la facturación electrónica será más viable para los productores rurales.