El interés de las multinacionales mineras por la actividad minera en este municipio al norte del departamento se presenta desde hace ya varios años.
En plena pandemia 2020 varios habitantes del sector rural
del municipio denunciaron presencia de maquinaria y actividad de exploración
minera en la zona, a pesar de las medidas establecidas por cuarentena.
La información que se tiene es que existe un contrato de concesión
minera (L- 685) entregada a Group S.A.S, de cerca de 20.000 hectáreas para la
exploración de oro, cobre, zinc y sus concentrados, y demás minerales
concesibles, (es de aclarar que los títulos mineros mencionan el área total sin
mencionar específicamente áreas de influencia), en este caso involucra 3
municipios de la zona.
Habitantes de veredas del municipio de Armero Guayabal, han
manifestado el haber escuchar detonaciones en plena pandemia, a pesar de que el
proyecto se encuentra en fase de exploración, sin contar que nunca se realizó
socialización alguna con la comunidad. Hasta hoy las autoridades no se han pronunciado
al respecto frente a los hechos denunciados de actividades de la Group S.A.S.
El panorama vuelve a agitarse a raíz de la audiencia
informativa llevada a cabo por la Corporación Autónoma Regional del Tolima,
para dialogar respecto a la licitación ambiental que presento la compañía
minera colombiana, Carsa Gold S.A.S. para dar inició a un proyecto de
exploración de minerales de oro, materiales de construcción, gravas, arenas de
cantera, y sus concentrados en las veredas Maracaibo y Méndez de Armero
Guayabal.
Es de resaltar que, en estas zonas, la Universidad Nacional
y la Unidad de Rescate y Rehabilitación de Animales Silvestres, han trabajado
en programas de protección de fauna que está en riesgo de extinción.
La gran molestia de la comunidad se ha generado, de acuerdo
a lo expresado por miembros de la veeduría ambiental, por la manera que voceros
de la minera colombiana, han intentado vender el proyecto primero invitando y
patrocinando eventos para aparecer como adalides en la zona, o utilizando como
bandera, que el proyecto busca el desarrollo de las comunidades, además de un
compromiso de recuperación de los terrenos. Nos quiere hacer creer que solo nos
van a afectar con “la puntica…y después como en el dicho popular “tenga el
resto” afirmo una miembro de la veeduría ambiental a este medio.
Debemos proteger nuestros recursos, teniendo en cuenta que
solo tenemos un 5% de bosque seco en la vereda Maracaibo, que algunos de
nuestros afluentes en tiempo seco no tienen corrientes de agua; no podemos
olvidar que existen 41 títulos mineros compartidos en Armero Guayabal, por ello
tenemos una alianza en el Tolima para defender los recursos naturales.
Se debe tener en cuenta, que el área de influencia del
proyecto, funciona como despensa agrícola de Armero Guayabal, esta conformada por terrenos de pequeños
cultivadores que no están dispuestos a cambiar su vocación agrícola, de la que
han vivido por generaciones. Otro elemento a considerar es la protección del ecosistema
de la zona un valle a un costado de la Cordillera Central, surcado por los ríos
Magdalena,
Lagunilla, Sabandija y Cuamo.
Es por tal motivo que las comunidades y defensores del
medio ambiente de la zona han mostrado completo rechazo al proyecto que busca
cambiar la vocación agrícola y contra todo aquello que amenace el ecosistema de
su territorio, Las promesas de las mineras que reconoce los problemas que generaría
el proyecto, no producen confianza ante las organizaciones defensoras del medio
ambiente y gran parte de sus habitantes.