De acuerdo a su propio relato Carlos Hugo Salinas, alcalde de Anzoátegui, debido a la fuerte la ola invernal de meses pasados, varias vías
se vieron afectadas, lo que dificultó la movilidad de los pobladores hacia diferentes sectores rurales del municipio.
Después de múltiples gestiones y con el fin de solucionar la problemática logró conseguir a través de la Unidad Nacional para la Gestión
del Riesgo una máquina que ayudó con el mantenimiento de algunos kilómetros de vías afectadas.
Buscando avanzar en el mantenimiento de las vías, manifestó el burgomaestre, y confiando en el contratista e interventor, les ayudó en la
gestión de la gasolina y el conseguir una persona para transportar el combustible para el funcionamiento de la
maquinaría, igualmente, en el alquiler de un vibrocompactador.
Aquí vino el “tumbis”, el contratista que intervino la carretera nunca le devolvió lo facturado en gasolina, ni lo que costo
el servicio de transporte del carburante por un mes.
Con lo cual debió absolver una deuda de alrededor de $6 millones 500 ($3 millones 500 mil en la estación de servicio del municipio y cerca de $3 millones al encargado de transportar el combustible más el préstamo del vibro.
Estamos pendiente de eso, el contratista no nos volvió a contestar, el interventor a veces sí nos contesta y dice que están intentando
pagar unas cuentas en Bogotá, pero esto ya lleva casi un año y no hay quien responda, lo que debo asumir para responder ante quienes confiaron en mí.
Por fortuna a pesar del incidente la gestión continua por ello indicó que con la ayuda de la Gobernación logró la destinación de $13 mil 300 millones en placa huellas para pavimentar un estimado de siete kilómetros de la vía entre Anzoátegui y Palomar.El municipio aportó
$4 mil millones y la Administración seccional $9 mil 300 millones.