Por: Rodrigo Callejas Bedoya
“La Policía Nacional y otros
entes departamentales y municipales deberán revisar si las medidas de control y
estrategias aplicables a los perfiles de cada barrio interpretan sus condiciones”.
La gente se siente intimidada o poco protegida por parte de la policía y por la
misma comunidad del barrio; en otros empiezan a tener acciones de solidaridad para
defenderse.
Recientemente varias
comunidades han denunciado raponazos, hurtos, robos y atracos que tienen en
zozobra a los habitantes de diferentes barrios y sectores rurales e incluso de
pleno sector centrico Fresno; hay
quienes afirman que en promedio ocurre un atraco diario. Esto es coincidente
con lo que ocurre en otros barrios; lo que atenta con la calidad de vida de los
ciudadanos.
Además de la corrupción, la inestabilidad
económica, las principales preocupaciones de las personas; es la seguridad lo
que más desvela a los habitantes de diferentes sectores y poblaciones. Poco a
poco se apodera en los hogares el temor a salir, a que los hijos sean asaltados
o abusados, a que los bienes que se portan sean arrebatados -incluso con daño a
la integridad física o la pérdida de la vida a manos de sicarios o por robarle una
moto, o de que sus propiedades sean violentadas, la última modalidad delictiva.
Hoy los ciudadanos de Honda,
Fresno, Mariquita y muchos municipios se siente inseguro en sus municipios; un
60% de ciudadanos temerosos es una cifra inquietante pues muestra el estado de
intranquilidad con el que se vive en varios de nuestros barrios, y sectores
rurales de los municipios.
Por supuesto que pobreza o
desempleo, podrían ser factores determinantes como detonantes de inseguridad, pero
merece análisis aparte elementos como el alto consumo y venta de sustancias sicoactivas, las cifras para algunos
admirables, de consumo de alcohol y una creciente prostitución soterrada.
Es necesario revisarlas políticas
públicas de prevención y control que se están desarrollando y todo aquello que se han anunciado en distintos
concejos de seguridad. En esto es necesario ir más allá, porque solo con más
policías no es posible; se requiere de compromiso, seguimiento, controles permanentes,
de lo contrario la falta de confianza y deslegitimación del Estado a todos los niveles
son efectos apenas naturales en los ciudadanos.
Nada cambiara si no se revisa
si las medidas de control aplicables a los perfiles de cada municipio, sector
rural o barrio interpretan sus idiosincrasias. De la misma manera, es fundamental
acercarse a los líderes comunitarios para afinar el lazo autoridades-comunidad;
y más operativos de control a ciudadanía
en general y sobre todo una capacidad real de hacer cumplir la Ley.