Dentro de la acciones acordadas para enfrentar el virus la Secretaría de Salud del Tolima ha intensificado su lucha contra la fiebre amarilla con el inicio de operativos de fumigación en las zonas rurales del departamento. Esta acción responde a la alerta emitida por la confirmación de casos y la circulación activa del virus en varios municipios.
Según informó la secretaria de
Salud del Tolima, Katherine Rengifo, las labores de fumigación, que se vienen
realizando desde el año anterior, se han reforzado significativamente en 2025,
focalizándose en los sectores críticos del oriente y sur del Tolima. Estas
áreas presentan un mayor riesgo debido a la proliferación del mosquito
transmisor de la enfermedad.
“Nos hemos centrado en las
zonas rurales dispersas, que es donde más tenemos el riesgo, porque la fiebre
amarilla que hoy enfrentamos es de tipo selvático”, enfatizó la funcionaria.
Rengifo destacó que la
fumigación es un componente esencial del plan de choque implementado por la
Gobernación, que también incluye la vacunación masiva, el fomento del uso de
repelente y la participación activa de la comunidad en el control de los
criaderos del mosquito.
La estrategia integral también
contempla la distribución de toldillos y jornadas de vigilancia casa a casa con
el objetivo de identificar y eliminar posibles focos del vector. La secretaria
de Salud hizo un llamado a la corresponsabilidad ciudadana:
“Esto no es solo tema del
Gobierno; necesitamos que la gente en casa también lave, cepille y mantenga
limpias sus albercas y tanques, porque ahí también puede haber criaderos”,
comentó.
Las autoridades sanitarias
solicitan la colaboración activa de las comunidades rurales para facilitar el
acceso de las brigadas de fumigación a sus viviendas y seguir estrictamente las
recomendaciones preventivas. Esta petición se extiende especialmente a los
habitantes de municipios como Villarrica, Cunday, Prado, Purificación, Dolores,
Melgar, Ataco, Chaparral y Planadas, donde ya se han confirmado casos de la
enfermedad o se ha detectado la presencia de primates muertos, lo cual
constituye una señal de alarma para las autoridades.