El norte del Departamento cuenta con 37 estaciones meteorológicas y ocho hidrométricas.
Para completar la Fase I de la Evaluación Regional del
Agua, los investigadores tuvieron en cuenta varias situaciones como calidad de
agua, índice de uso, periodos de lluvia y sequía, también, la vulnerabilidad
por contaminación, entre otros. El resultado para varios afluentes como fue de
nivel crítico en varios de los indicadores.
Cortolima y la Universidad del Tolima entregaron a los
alcaldes del norte del Departamento, las conclusiones sobre la Fase I de la
Evaluación Regional del Agua, ERA, investigación que se centró en los ríos,
Recio, Sabandija, Lagunilla, Gualí y Guarinó. Entre los datos conocidos está
que, aunque las proyecciones señalan que se seguirán registrando intensos
periodos de lluvias, esto no significaría que se vaya a contar con agua apta
para el consumo.
Desde la autoridad ambiental se explicó que la ERA tiene
como objetivo evaluar el estado, dinámica y tendencias de los sistemas hídricos
del Tolima, igualmente, busca actualizar la información sobre oferta, demanda,
calidad y riesgos en fuentes hídricas que cruzan por 20 municipios.
De acuerdo a lo manifestado por la directora de CORTOLIMA
Olga Lucia Alfonso el análisis nos llevó a las ocho subzonas hidrográficas
evaluadas se tendrán lluvias y caudales altos, “pero eso no significa que vaya
a haber más agua, significa que va haber mucha más turbiedad y va a generar más
problemas de posibles circunstancias de emergencia, (se tendrá) más material en
los ríos, (será) más difícil el consumo del agua”.
En caso del río Totare que recorre Alvarado, Anzoátegui,
Ibagué, Piedras, Santa Isabel y Venadillo, se tiene que en temporada seca el
Índice llega a niveles críticos en Alvarado, parte de Ibagué, una zona de
Piedras y parte de Santa Isabel.
El Gualí, que llega a Casabianca, Falan, Fresno, Herveo,
Honda, Mariquita y Palocabildo, se identificó que en temporada seca muestra un
estado crítico en área de Fresno y muy alto en Honda.
Entres debilidades encontradas, las conclusiones del
estudio, adelantado por doctores, magíster, ingenieros ambientales y
profesionales de la biología de la UT, está que en la producción hídrica se
esperan incrementos de caudales máximo del 31,4 % en las ocho subzonas del
norte del Departamento.
En lo relacionado al uso de agua, la ERA arrojó que la
mayor presión se localiza en los ríos Coello, Totare, Recio - Venadillo,
Lagunilla y Gualí “categorizadas como muy alta y críticas”.
Asimismo, en la característica de calidad se tiene
identificado que hay vulnerabilidad baja ante la contaminación de vertimientos moderado
en Recio - Venadillo, Gualí y Guarinó, mientras que los ríos Totare, Sabandija
y Lagunilla muestran una vulnerabilidad alta, y el Opia se ubica en el nivel
más alto.
Ante el panorama y los riesgos, surge la pregunta si se
está a tiempo de proteger las cuencas, Alfonso Lannini indicó que falta camino
por recorrer, “solamente el saneamiento básico de Ibagué, es decir las plantas
de tratamiento y todo lo relacionado, cuesta más de $1.4 billones, esa es una
cifra muy grande para la ciudad, esta no es sola una circunstancia del Tolima,
es del país, no ha sido prioridad para las administraciones municipales y creo
que tampoco para el Gobierno nacional el saneamiento básico”.
Aunque los esfuerzos se centran en lograr agua óptima para
el consumo humano y alcanzar mayor cobertura, se debe pensar también en
diferentes estrategias que eviten su contaminación por falta de tratamiento,
“no vamos a tener agua potable si no cuidamos la calidad de nuestras fuentes
hídricas”, precisó la directora.
La Fase I de la ERA tuvo un valor de mil 921 millones de
pesos, de esta cifra 497 millones de pesos fueron aportados por la CAR y $424
millones por la Universidad del Tolima. Cabe recordar que el análisis completo
está dividido en tres fases.