En el marco de la intervención liderada por la Superintendencia Nacional de Salud, el Hospital Regional Alfonso Jaramillo Salazar ha iniciado una profunda transformación, superando una crítica situación heredada tras años de abandono institucional, deterioro físico, y deficiencias técnicas y asistenciales.
Al asumir la intervención, la Agente Especial Interventora, Dra. Nelly Belén Arsuza, evidenció un panorama alarmante: instalaciones deterioradas, deficiente infraestructura, dotación médica obsoleta y condiciones inadecuadas para la atención de pacientes. Las áreas comunes mostraban desgaste evidente, con acumulación de escombros, escaleras insalubres y mobiliario oxidado que comprometía la dignidad y seguridad de los usuarios.
Este diagnóstico motivó la implementación de un plan integral de recuperación que, con el respaldo del Gobierno del Cambio, la rectoría del Ministerio de Salud y Protección Social, y la supervisión de la Supersalud, ha dado lugar a mejoras tangibles en infraestructura, tecnología, talento humano y calidad en la atención.
A la fecha, el Hospital ha sido objeto de una inversión histórica que asciende a $10.062 millones de pesos en mejoramiento de sus capacidades técnicas, sumado a la gestión de proyectos de inversión ante el Ministerio de Salud por cerca de $107.000 millones de pesos, con el objetivo de renovar integralmente sus capacidades operativas y técnicas. Esta capitalización ha permitido no solo mejorar las instalaciones físicas —con espacios renovados, seguros y dignos—, sino también la adquisición de nueva dotación hospitalaria, incluyendo camas funcionales que garantizan mayor comodidad y seguridad para los pacientes.
De manera destacada, el hospital ha ampliado significativamente su portafolio de servicios especializados, con la inclusión de áreas como Cardiología, Gastroenterología, Oftalmología, Cirugía de Mano, Cirugía Oral y Maxilofacial, Ortopedia de Pie, Glaucomatología, Retinología y Oculoplastia, entre otras. Esto ha permitido reducir la necesidad de remisiones a otros centros urbanos, acercando la atención de calidad a la población del norte del Tolima.
Estos avances representan un compromiso firme con la recuperación de la confianza ciudadana en la red pública hospitalaria, reafirmando que, con voluntad institucional, gestión transparente y articulación intergubernamental, es posible transformar la salud pública en los territorios.