Una carga de café de 4 sacos de café equivalen a 5 millones de pesos, esa suma importante para la economia de las familias cafeteras se ve hoy en peligro por el actuar de los delincuentes.
Los últimos acontecimientos de orden público en algunas zonas del departamento del Tolima se ha vuelto crítica debido a la creciente presencia de grupos armados que se dedican a extorsionar a los campesinos y agricultores que trabajan arduamente en sus cultivos. Esta preocupación se ha intensificado en las últimas semanas, afectando directamente la economía y la seguridad de quienes dependen del cultivo del café para su sustento.
De acuerdo a lo expresadó por Gildardo Monroy, gerente del Comité de Cafeteros del Tolima, su alarma ante esta problemática: “La principal estrategia es la extorsión y no somos ajenos a ello. El café es dinero en efectivo; cuando ven pasar a un campesino con cuatro sacos, ya saben que ahí llevan cinco millones de pesos”. Este comentario pone de relieve la vulnerabilidad de los caficultores, quienes son blanco fácil para los extorsionistas debido a la naturaleza de su trabajo y la forma en que reciben sus ingresos.
Los grupos al margen de la ley, así como la delincuencia común, se aprovechan de la situación económica de los cafeteros, generando un clima de miedo y desconfianza. Este año hemos visto el resurgimiento de grupos insurgentes en localidades como Anzoátegui, Dolores, Ataco y otros municipios”, añadió Monroy, haciendo eco de las preocupaciones que comparten muchos de los cafeteros de la región.